domingo, 10 de abril de 2016

Textos publicados en el diario La Crónica del Quindío



TERESA MENOS TERESA


Quien merodea beatífica por estas líneas, no es aquella Teresa del soneto de Carranza “en cuya frente el cielo empieza”. Es la misionera de Calcuta. Los beatos usufructúan el paraíso gracias al papa, certificador de sus virtudes. Juan Pablo II, quien concertaba su calendario político con la CIA, beatificó a Teresa. Pontífice encubridor de pederastas y legitimador de dictaduras. Junto con Teresa, justifican ideológicamente cada uno las posturas retardatarias del otro, interpretando a su manera las prescripciones cristianas. Ese Juan, hostigó significativas corrientes católicas progresistas latinoamericanas, aislando sacerdotes representantes del pensamiento político y socioeconómico en pro de los desheredados; esa Teresa, peor fundamentalista que aquel, siguió vías afines con su equívoca exégesis de las enseñanzas cristianas sobre pobreza y dolor. Ella declaraba: “Hay algo muy bello en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la pasión de Cristo”. Esta anécdota la identifica: Las cámaras enfocan a Teresa y a uno de sus enfermos terminales de cáncer, transido de dolor sobre su cama. “Sufres como Cristo en la cruz. Jesús debe estar besándote”, solidaria y clemente le reconforta ella. El desesperado paciente le responde: “Por favor, dígale que pare de besarme”. El arzobispo brasileño Hélder Cámara, habría manifestado: “Cuando alimenté a los pobres me llamaron santo; pero cuando pregunté por qué hay gente pobre, me llamaron comunista”. Por esto y más, Sanal Edamaruku, quien también revela el falaz talante de Teresa, señaló: “Madre Teresa no servía a los pobres de Calcuta, sino a los ricos en Occidente. Los ayudaba a limpiar su mala conciencia recibiendo de ellos millones de dólares”. Apoyó el flanco despiadado y regresivo del catolicismo. Desde su perorata de sermoneadora primitiva, estuvo siempre contra el aborto, la inseminación artificial, los anticonceptivos y el divorcio. Este ícono mediático-religioso de mansedumbre ante la pobreza, propagado por Malcom Muggeridge con su película Something Beatiful for God, es gravemente impugnado por investigadores como Mary Loudon, quien desautoriza los métodos de Teresa; el doctor Robin Fox, desaprobando los anómalos cuidados de los pacientes y, más adelante, por cargos que especifican el médico Aroup Chatterjee y denuncian los periodistas Tariq Ali y Christopher Hitchens, develadores en el documental Ángel del infierno: Madre Teresa de Calcuta. La mayor parte de información desmitificadora consta en el libro de Aroup, exponiendo el duplo discurso de Teresa quien “no fue amiga de los pobres sino promotora de la pobreza”. Nunca vio con afecto a sacerdotes comprometidos con políticas sociales reivindicadoras de los desamparados. Serge Larivée, G. Chenard de la Universidad de Montreal y Carole Sénéchal, de la Universidad de Ottawa, publicaron el ostensible documento El lado oscuro de madre Teresa, que con el de Hitchens, Madre Teresa en la teoría y la práctica, expone otra cara no tan misericordiosa del personaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario