domingo, 10 de abril de 2016

Textos publicados en el diario La Crónica del Quindío


RUMPOLOGÍA: LEO TU CULO


Rumpología: mancia nueva y placentera tanto para quien ojee el porvenir del paciente, como para cuantos están dispuestos a dejarse sondear su destino a través de exploratorios toques de nalgas desembocando en el pronóstico de su futuro. Ningún diccionario de artes adivinatorias contiene tan deslucido neologismo, apto para amoldar su etimología y sus técnicas en el lúdico campo de las pseudociencias. Si parece extraño vaticinar el futuro mediante el chillido de ratas, el humo desprendido al quemar semillas de jazmín, pétalos de rosa, rayos de luna sobre un espejo o elucidando versos de Virgilio y Homero, esta nueva mancia se extralimitó: tu destino se traza, se oculta y se revela en tus nalgas. ¿Difícil mirártelas con pelos y señales? Facilítaselo a un rumpologimántico. Tal toqueteo del culo no es para estimular la pygofilia. La nada culona astróloga Jacquie Stallone, afirma sin pruebas que en la antigüedad la practicaron sacerdotes de Marduk, mantis griegos, santones indios y nigromantes romanos. Los tafanariománticos sostienen múltiples teorías sobre las características proféticas del culo: lunares, pecas, verrugas, líneas, manchas, turgencias en la nalga izquierda, revelan tu pasado; en la derecha, tu futuro. La ranura entre ambas equivale a la división de los hemisferios cerebrales. Para el rumpólogo alemán Ulf Beck, nuestras nalgas tienen líneas como las palmas de las manos. Leerlas, desvela el destino del individuo. Un culo con forma de manzana y fondo musculoso, anuncia al individuo magnánimo y creativo; con aspecto de pera, refleja una persona firme y paciente. Para Sam Amós, británico, mientras el culo redondo es propio de personas alegres, nalgas planas delimitan las tristes, vanidosas y negativas. La rumpología se practica observando, tocando o con estampados de glúteos y fotografías digitales enviadas por correo electrónico. Beck, afirma que en unas nalgas desnudas se predice fácil el futuro. A lo largo de sus líneas, se vaticina sobre la vida familiar, salud, felicidad, éxito y cuestiones monetarias del consultante. Las líneas del éxito y la capacidad artística, por ejemplo, se extienden hacia adentro de los remates externos de las nalgas. La rumpología descifra el futuro de las personas a través de estructuras semejantes a las neurológicas. El glúteo derecho representa el hemisferio cerebral izquierdo y predice cuanto ocurrirá; el izquierdo, representa el hemisferio derecho y expone nuestro pasado. Si con el método Siang Mien los chinos interpretaban la forma de la cara, es probable que algunos detalles del culo anuncien aspectos de nuestra vida. Aristóteles se interesó por la fisiognomía y vinculó los grupos temperamentales con la forma geométrica de la cabeza y la cara. Y si Lavater consideraba que las más ocultas tendencias del ser humano podían ser determinadas por los rostros, ¿cómo negarle al culo otras funciones diferentes a las usuales?













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SÁNDOR MÁRAI: LARGA AGONÍA




Desde su libro Cartas a Poseidón, el perenne viajero por geografías, libros, sociedades y almas, Cees Nooteboom, me indujo a leer los últimos Diarios de Sándor Márai, a quien considera “un espíritu clarividente en un siglo, largo y oscuro, de fascismo y comunismo, de fronteras en perpetuo desplazamiento”. Siete de enero de 1984: empezó a escribir su último Diario. Napló, designa al conjunto de los volúmenes escritos a lo largo de su vida. Enero 15 de 1989: lo concluyó, treinta y siete taciturnas noches antes de suicidarse el 21 de febrero, de un disparo de revólver en la cabeza. Con clamor parecido al de los mortificados personajes del noruego Kjell Askildsen, este desamparado húngaro afirma que “quien sigue en este mundo después de cumplir los 80 se limita a llevar una existencia vegetativa, no una auténtica vida”. En un campo de tiro, practicó con su arma para no fallar en el momento elegido. “Todo es mentira: lo que los curas, los médicos y gente de toda clase masculla sobre la muerte. La realidad de la muerte es asquerosa”, dijo. Y se liberó de su despoblada vida a los 89 años de edad. “La muerte está muy cerca. Percibo su olor”. Dijo. Hedor de asco. Este, el más dramático libro suyo, es imperturbable balance de muerte y de muertos a partir de su declinación física y mental pero, en particular, de tener que presenciar impotente la agonía y deterioro físico de su esposa, adelantándosele en suplicios e inconsciencias, igual de marchita que él. Asegura Sándor: “La muerte no constituye un problema. El hecho de morir, sí”. La literatura le da asco. Amargura y soledad total entre libros. De la vida se emigra con dignidad solo a través del suicidio. ¿Te expondrás con estos Diarios? Si hospedas más de 50 años y alguna deletérea inclinación por el suicidio, puedes resbalar. Si tienes menos, no te aventures: su lectura te emponzoñará el alma dándote razones para abandonar el mundo a cualquier edad. Muerte y suicidio son componentes filosóficos de este libro despiadado donde, sin indulgencia para consigo mismo, Márai se desmorona frente al lector. “La realidad de la muerte es asquerosa”. Una pareja de ancianos extinguiéndose. En algún momento su esposa Ilona balbucea: “Qué lento muero”. La de ambos fue una pausada y lánguida agonía y parsimoniosa muerte. Cuando el escritor se suicidó, ya estaba muerto desde algunos meses atrás. Categóricas, aforísticas consideraciones sobre la muerte, con la poesía mirando de reojo, sin apoyarse en ninguna esperanza, matizadas por sus juicios sobre literatura húngara. Sin fe en ningún credo. No confesó a qué olía su muerte. “La muerte está muy cerca, percibo su aliento, su olor”. Quédate en la playa. ¡Ay, mar!

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SEXO VIRTUAL: TANTRA TECNOLÓGICO 


El sexo virtual programado, transformará por completo el cosmos parafílico y el orbe criminal. Stowe Boyd, futurólogo, ratifica: “Para 2025 los amantes robóticos serán un lugar común, fuente de desdén y debates”. Ningún usuario, posible geek de la sexualidad, producirá daño al sujeto de placer virtual ni se autolastimará. Si algún dolor se infringe a receptoras virtuales de nuestras insaciables concupiscencias, no habrá en realidad seres humanos lesionados. Dentro de tal sexualidad inmersiva no será necesario el enamoramiento ni habrá enfermedades venéreas o compromisos afectivos. Hasta extremos insólitos, abastecerá goces sensoriales recrudecidos por la tecnología. Por perturbados que sean tus desenfrenos, no recibirás daños ni infringirás leyes en la intimidad de tu alcoba, conectado al artilugio con el cual experimentarás ciento por ciento la sexualidad virtual de este virtual tantrismo sin barreras. La dependencia sexual estará ligada a la sofisticación del aparato y los programas empleados con diversas intensidades cinéticas, heterogéneos en sus ofertas de programadas variables sexuales. El infierno de la carne experimentado como paraíso. El usuario realizará variedades de movimientos corporales sin perjudicar su organismo, con excepción del potencial eyaculatorio y reacciones químicas estimuladas por el alto grado de erotismo virtual, vuelco categórico a la sexualidad humana potenciando parafilias figuradas o existentes. Sin temores ni escrúpulos, sin impedimentos ni violación de leyes, a cualquier edad recrearemos inconfesables y voluptuosas perversiones sexuales encaminadas al extremo. Todo transcurrirá en el mundo virtual. Ni la conciencia ni taxativos prejuicios morales o religiosos podrán inculparte, antigregario sadhaka virtual creando en tu aposento cuantas fantasías forjes para la práctica del maithuna tecnológico. Sin miedos, sin el inoportuno juicio del pecado, recrearás furtivos matices sexuales rebullendo extravagancias con las parafilias conocidas. Toda trinchera bioética desaparecerá, conectado a la máquina, presencia del placer absoluto según lo admitan heterogéneos programas del artefacto y nuestra fibra física interactuando en dichos espacios. Hay un vasto catálogo de las posibilidades de estas máquinas, cuya virtualidad potencializará el surgimiento de nuevas formas de sexualidad para el ser humano. Minusválidos de todo tipo, exentos del sexo, tan pronto se conecten experimentarán cuanto les estuvo negado. El paso inicial ya se dio: en 2016 comercializarán las gafas Oculus Sexi Rift, casco de realidad virtual para moverse por el mundo concreto. Para interactuar con objetos del mundo real dentro de la realidad virtual. Observe en Internet las orgásmicas reacciones de individuos a quienes instalan dichos anteojos. ¿Dónde perdurarán las ancestrales prácticas del tantra y la sacra alquimia corporal, si con un juguete sexual web 3.0 a través de Bluetooth o Internet las parejas, por remotas que estén, podrán acariciarse mutuamente interconectando dos prototipos que reproducen los órganos sexuales femenino y masculino para recibir y transmitir impulsos sensibles de sus respectivos usuarios?

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NORMAS PARA EL PARQUE HUMANO



¿Extraño el título? Es un sucinto libro del filósofo Peter Sloterdjik, cuyo discurso ante un selecto grupo de intelectuales judíos, 16 años atrás en Baviera, día tras día repercute como texto imprescindible en el diagnóstico del declive de nuestra sociedad. Para los trans-humanistas, el libro es argumento inapreciable de sus ideas por proceder de uno de los más registrados filósofos de nuestra época. La barroca complejidad de sus análisis sicoanalíticos y sociológicos a través de persuasiva prosa literaria cargada de poesía, engloba ideas que presentan la preocupación por el ser del hombre. “Escribo bajo el mandato del espanto ante el estado del mundo”. Tal disertación, quebrantando el concepto humanista de Heidegger, promovió un escándalo filosófico como pocas veces se había visto en la historia del pensamiento moderno. Provoca oscuras reflexiones y debates en mixtos campos del pensamiento. Para numerosos filósofos, científicos, sociólogos y biólogos, no fue sensato que Sloterdjik, demoliendo con su crítica el humanismo heideggeriano, instituyera la filosofía como disciplina para prescribir a los expertos en tecnología genética las reglas éticas aplicables en ciencia. Su trans-humanismo, impulsado por una antropología filosófica pesimista, fue interpretado como proposición neo-eugenésica para pacificar la fiera humana, usando ingeniería genética. Tal obra debe complementarse con el estudio de El hombre auto-operable, otro discurso suyo, donde Sloterdjik propone el reemplazo del humanismo, ultimado por la biotecnología. En ambos documentos, particularmente en las Normas, epítome filosófico del post-humanismo, los contenidos de la ingeniería genética, cibernética e informática, llamadas por Sloterdijk homeotecnologías, son parte crítica de sus ideas: al hombre se le mejora cambiando sus reacciones químicas y no mediante procesos sociales; la dinámica de la actual sociedad sobrelleva la pérdida del humanismo y encumbramiento de barbaries, violencia y detrimento de la civilidad como sostén de la formación humana. El ser humano ejerce la fuerza en cualquier forma. Transgrede leyes y descarría sus pasiones en persistente demolición de lo bello y verdadero. Las tensiones sociales y la neobarbarie serán más infames. Educación y escuela pierden su batalla contra los poderes pedagógicos indirectos: televisión, tecnologías de la información y otros medios de desinhibición. Sloterdijk etiqueta la desintegración de los presupuestos de convivencia: educación, civilidad y constitucionalidad, en una radiografía categórica de nuestra sociedad que, a pesar de calificársele de fascista por discípulos de Habermas, el suyo es examen necesario para entender cuanto ocurre en el mundo. Quienes le admiraban como valioso pensador radical de la vanguardia mundial de izquierda, se conmovieron con parte de las ideas aquí expuestas: la humanidad debe ser domesticada y conducida por una élite intelectual. Tal libro lo encuentra gratis en Internet, en PDF. Es un sólido punto de partida hacia ideas afines o contrapuestas, pero expresando los entresijos del mundo que vivimos.

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SOCIEDAD DE FACTOIDES



Un ser humano puede morir de risa. Clínicamente, se denomina hilaridad fatal. El primer registro de un ataque semejante, es del año 398 a.C. La víctima fue el pintor griego Zeuxis, quien rió hasta fallecer porque una anciana le suplicó usarla como arquetipo para pintar a Afrodita, diosa de la belleza y la fertilidad. Por esa misma época, Crisipo, filósofo griego, pereció de risa tras emborrachar a su burro con vino. Durante la historia, han ocurrido múltiples casos donde la risa persistente provocó asfixia, embolia cerebral, ruptura de venas o arterias y ataque cardíaco. Hoy por hoy, continúan registrándose casos análogos incluyendo uno muy extraño en 2009, donde un tailandés comenzó a reír entre sueños y nunca despertó, a pesar de los esfuerzos de su esposa. Más allá de la producida por episodios cómicos, la muerte por risa puede ser epidémica si es de origen viral… ¿Leyó bien? ¿Reconsideró tales contextos? ¿Carcajea con el entorno social del país y no ha muerto de hilaridad fatal? El párrafo preliminar es un factoide, “algo que parece un hecho, podría ser un hecho, pero en realidad no es un hecho”. Hay otros extensos. Algunos presentan esquematizado laconismo de cuento atómico. Inauditos, de consistencia narrativa y dinamismo periodístico porque conciernen al entorno de los medios informativos: diarios, revistas, noticieros, lugares de la Red. De acuerdo con la cultura, potencial de indagación y talento narrativo de quien los redacta, se revisten de argumentos y datos articulados acercándose, contraproducentes pero efectivos en su propósito, a la realidad y trocándola desde lo verosímil. Modifican y tergiversan eventos mediante el lenguaje vacío o la acumulación de datos en apariencia equivalentes. El factoide es una plausible mentira mezclada con verdades, medias verdades y dudas o hechos no confirmados. Material periodístico favorable para guerras de cuarta generación, contra el rebaño social, receptor nada suspicaz de noticias diarias. Puede encontrarse y leerse como subgénero literario donde parodias e incongruencias de toda facha implantan un cosmos literario abarrotado de fantasías. Alto porcentaje del periodismo norteamericano y europeo, se cimenta sobre factoides culturales, políticos, sociales e históricos. Nacen de prejuicios cognitivos y avivan las leyendas urbanas. Cuando son ciertos, carecen de relevancia o se truecan en distractores de problemas reales. Al examinar en la Red diarios de varios sitios del mundo, los factoides me guiñan sus reptilianos ojos. Por estrategia comercial, son parte intrínseca de la manipulación de la opinión pública. El sonoro vocablo lo acuñó el novelista Norman Mailer en su biografía sobre Marilyn Monroe. Otros factoides: El espermatozoide de una mosca es 20 veces más largo que ella. Las libélulas pueden volar a cien kilómetros por hora. El agua caliente se congela antes que la fría. Los ateos saben más sobre religión que los religiosos.

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SOCIEDAD NEOZOMBI


Si los cyborgs van camino a la humanización y a tomar conciencia de ellos mismos, indefenso y maleable en altos porcentajes el ser humano marcha rumbo a la condición zombi, con características posmodernas, donde los procedimientos para dicha mixtura sicofísica no son las sangrientas ceremonias del vudú, ni las lóbregas artes nigrománticas, sino los apéndices tecnológicos menos siniestros, sin iniciáticos esoterismos pero en el fondo más deletéreos. Estos zombis tecnológicos descuartizan su existencia entre el perfil de Facebook, las novedosas tendencias de Twitter, los comadreos por Whatsapp, la actualización del blog en Tumblr y la difusión de sus fotos en Instagram. Sociedad neozombi manufacturada por mentes en la sombra, programando cuanto consideramos nuestro libre albedrío. Para Karsten Gerloff, mientras en el actual mercado tecnológico mundial Facebook define quiénes somos, y Amazon establece cuanto deseamos, Google a su vez determina aquello que pensamos. Yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos, zombis de la más exigua a la más alta gama tecnológica. De cuantas clases de zombis tienen la literatura y el cine, el actual híbrido es el menos inquietante: Neozombis tecnológicos del siglo XXI que no producen pánico. Somos piezas cotidianas del paisaje urbano. La embelesada caterva aumenta día tras día. No hay extrañeza alguna con ellos. No están infectados por letales virus terrestres o alienígenas. El virus lo inoculan donde compramos el celular. Es el camino de la evolución biológica a la tecnológica, consciente e inteligente, no adaptable a simples usuarios de celulares y otros implementos. El éxito para producir tal sinfín de zombis sin convulsiones macabras y sin ganas de atragantarse con el vecino, radica en la familiaridad con que pueden ser aceptados, absortos e inofensivos en las pantallitas de sus aparatos. El mundo no existe para ellos cuando se deslizan, pasivos, acríticos, anómicos, sonámbulos, por los lugares que digitan en la pantalla. Creen decírselo todo enviándose emoticones, digitando desabridos ja- ja- ja y pueriles “me gusta”. El mundo con sus esplendores, acontece en vano para ellos. El personaje real a su lado no vale tanto como ese amigo fantasma virtual, uno más entre centenares a los cuales remiten idénticos mensajes, participando frívolos en las mismas insulsas convenciones socioculturales. Jesús Amaya Guerra, catedrático de Didáctica General de la Universidad de Monterrey, explica al respecto: “El lóbulo frontal se inhibe, afectando la inteligencia ejecutiva, la toma de decisiones, el control de impulsos, la conciencia de causas y efectos, las metas y el esfuerzo”, agregando, “el zombi tecnológico es un adicto. Su organismo produce dopamina cuando está frente a la pantalla.” Literariamente, el zombi tradicional es un muerto; los infectados, no. Mientras estos pueden matarse, los primeros deben destruirse. El neozombi no requiere lo uno ni lo otro: está domesticado, es inofensivo. Compra novedades y nada cuestiona.

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SUMISIÓN Y FALSA BANDERA



Como me sucede con Roth y Murakami -por inapetencia hacia sus estilos- no padezco hasta el final las novelas del francés Michel Houellebecq. Asunto mío, no de ellos. En la nueva narrativa francesa, dicho autor fomenta con su obra discrepancias irreconciliables. Las ha emprendido contra el cristianismo. Y se regocija contra el islam, empleando sus novelas como corrosivas herramientas epistemológicas. “La religión más idiota del mundo es el islam”, escribió. En uno de sus poemas, impugna el dogma de la resurrección: “Te odio, Jesucristo, por haberme dado un cuerpo/. Los amigos se esfuman, todo huye de prisa/. Los años pasan, se escurren, y nada resucita/. No deseo vivir y la muerte me asusta”. Por instinto de conservación, abandonó París ante el conflicto desencadenado por los ambiguos sucesos encuadrados en la publicación de su reciente novela, Soumission. Es viable que con su libro y reconocida islamofobia, sea otra pieza del reciente acto terrorista de falsa bandera, en París, donde tan promocionada novela puede considerarse una de las más evidentes, radicales arremetidas contra el islam. No es raro en un literato solazándose en la obra escrita junto con el filósofo Bernard-Henry Levy: “Soy nihilista, reaccionario, cínico, racista y misógino vergonzoso. Un patán, autor insulso, sin estilo; accedí a la notoriedad gracias a la inverosímil falta de gusto de unos cuantos críticos desorientados”. Refiriéndose al ataque contra Charlie Hebdo, el politólogo estadounidense Paul Craig Roberts, denunció: “Fue una operación de falsa bandera para apuntalar el estado vasallo de Francia ante Washington. Las agencias estadounidenses han planeado las operaciones de falsa bandera para crear odio contra los musulmanes y reforzar la esfera de influencia de Washington en los países europeos”. La masacre se perpetra cuando iban a presentar la novela de Houellebecq, quien alcanza su propósito desestabilizador abonando, con el tema y argumento de este libro, pasiones islamofóbicas en gente de heterogénea condición religiosa, política y cultural. El sangriento baño con los miembros de la satírica publicación, fue el espumoso coctel de lanzamiento de tal obra. Mediado por el pensamiento de Céline, Sade y Lovekraft, para la justificación ideológica de su ficción-política, como él la denomina, Michel asimila ideas de La Gran Sustitución, del filósofo Renaud Camus, otro registrado incitador del odio racial contra los musulmanes. Houellebecq aterrizó en Alemania, dejando tras de sí una turbia imagen de las lóbregas zonas por donde serpentean algunos autores con sus editores. Si deciden leer la novela, tengan presente la advertencia de su autor: “Yo no soy un intelectual. Yo no tomo partido, no defiendo ningún régimen. Renuncio a cualquier responsabilidad”. Tal vez por esto marcha tan cerca de la extrema derecha. Dentro del actual panorama político europeo, la citada novela es provocadora en extremo.

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SVETLANA Y EL NOBEL



En el Ulises de Joyce, Dedalus expresa: "La historia es una pesadilla de la que estoy tratando de despertar”. Reciente ganadora del Nobel de literatura, la bielorrusa Svetlana Alexiévich exterioriza tal sentimiento de impotencia con sus libros del ciclo homo sovieticus. Celebro que este premio se adjudicara a una mujer oriunda, precisamente, del estado donde las mujeres ocupan más puestos de trabajo que los hombres. Exalto la visibilización masiva, gracias al premio sueco, de una denunciante obra periodística, reivindicadora y trágica, siempre de manos de la muerte, poco registrada en nuestro medio. Alba Rutenia, Rusia Blanca o Rutenia blanca, han denominado a la República de Belarús, patria de Svetlana con 11.000 lagos, cristalinos arroyos y agrestes zonas pantanosas entre frondas de abedules, abetos y olmos por sobre los cuales, en sus añiles cielos, las radioactivas partículas de estroncio, cesio y plutonio, siguen siendo componentes periodísticos para personas como Svetlana. Su libro más acreditado en lengua española es Voces de Chernóbil (1997), también conocido como La plegaria de Chernobyl: crónica del futuro, del cual su editor Jaume Bonfill dice que Alexiévich "organiza las voces como si fuera el coro de una tragedia griega”, agregando, "uno no puede quedar igual que antes y si no se llora leyéndola, es que no se tiene alma". Otro incondicional de su trabajo, manifiesta: “Alexiévich se mueve en el terreno del drama, explora las más terribles y desoladas vivencias y se asoma una y otra vez a la muerte”. Todos sus libros confirman las luchas, iniquidades y sufrimientos de las mujeres ignoradas, aquellas que no han sido palabra, renglón, párrafo ni mucho menos capítulo, en la patriarcal historia escrita por los hombres. (El testimonio de Liudmila Ignatenko, es torturante). “Respeto el mundo ruso de la literatura y la ciencia, pero no el mundo ruso de Stalin y Putin”, dijo la periodista en reciente diálogo donde desplegó tanto su razonable posición política contra el dictador Aleksandr Grigórievich Lukashenko, como su descaminado juicio contra Vladimir Putin, el más sensato, notable líder político del siglo XXI, cuyo pensamiento económico, financiero, militar político y social, en absoluto podrá compararse con el del monstruoso Koba. Declaraciones con tales matices, y el premio para una obra de sus características políticas, revelan cómo -en este lapso de hegemónicas confrontaciones- los componentes geopolíticos y geoestratégicos son parte fundamental de propósitos distantes de la esperada trascendencia literaria en el otorgamiento del Nobel de literatura, cada vez con más franjas sombrías, como las de varios periodistas de diarios suecos; y un reconocido guasón italiano, -autor de falsas e ingeniosas entrevistas- además de la reconocida casa de apuestas británica LadBrokes, adelantando sibilinos todos ellos, con días o semanas de antelación, quién iba a ser la ganadora del Nobel este año. 





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TELESHAKESPEARE PARA NUEVOS LECTORES



Si confiamos en las afirmaciones neurocientíficas sobre las bases del significado semántico, la televisión, incorporando medios de masa como tejido narrativo autónomo, no es solo una imponente productora de zombis sino un serio estimulante cognitivo para telespectadores epistémicamente abiertos a transgresores paradigmas literarios y nuevos métodos de lectura. En series televisivas de atrayentes cualidades literarias que favorecen la disolución de límites entre cultura popular y alta cultura, complementadas con recursos tecnológicos de punta concurren tramas y discursos, contextos políticos y sociológicos, sicológicos y filosóficos de tan fino rango literario, y heterogénea condición narrativa retratando al individuo y la sociedad de nuestra época, que nada tienen para codiciarle a los clásicos. Llegan, incluso, a superarlos al convocar más gente aproximándose a sus ideas que a las de autores antiguos. Miserias existenciales que no materializaron en sus obras aquellos clásicos, son parte de las vivencias sentimentales del ser humano contemporáneo. Teleshakespeare es un informado libro de ensayos compartiéndonos procedimientos para ver y asimilar notables series de televisión. Su autor Jorge Carrión, doctor en humanidades y profesor de escritura creativa, es uno de los más representativos integrantes del movimiento afterpop español. Con inspiradoras evidencias, muestra cómo las grandes series de televisión son escenarios donde se representan dramas trascendentes, igual que en sus épocas lo hicieron notables autores clásicos mediante la literatura. Dexter, Mad Men, Los Sopranos, The Wire, Perdidos, Breaking Bad, Treme, The Good Wife o Héroes, son prototipos de esta vigorosa narrativa audiovisual cuyas sinuosidades ontológicas, ritmos y argumentos, personajes y situaciones no se quedan atrás, comparándolos con las ficciones de siglos anteriores. Menciona 140 teleseries. Esta expresión narrativa, que transforma la definición del relato audiovisual, encarna en nuestra época aquello que para las precedentes fueron el indeterminado Shakespeare (Henry Neville), Cervantes, Goethe, Tolstoi, Dostoiewski, Chejov o Kafka junto a centenares más. Sustenta Carrión, que estas series televisivas “pueden preparar al inconsciente colectivo para cambios sociales inminentes. Si nadie como Shakespeare supo retratar al hombre y a la mujer de su tiempo, nada como estas nuevas series de televisión retrata la evolución de nuestras sociedades, nuestros deseos, nuestras inquietudes. Shakespeare queda lejos, desenfocado. Hacemos zoom, nos acercamos, pero inmediatamente la imagen se pixela”. Si en mi juventud, de la miniserie Raíces me estremeció el personaje Kunta Kinte, con análogo apasionamiento que me laceraron Falstaff, Yorick o Desdémona, en mi madurez me han sobrecogido los protagonistas y las situaciones cacotópicas de la serie de zombies, The Walking Dead. Los planteamientos de Teleshakespeare, pueden mortificar a tardomodernos partidarios de los géneros clásicos, negadores de las nuevas formas narrativas, pero este didáctico libro no abomina de Shakespeare o escritores afines: es apertura hacia otros universos narrativos propios de nuestro siglo, con múltiples spoilers de por medio.

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TERCERA GUERRA MUNDIAL


Ya está ocurriendo, con particularidades diferentes a cuantas esperábamos a partir de los componentes comunes exclusivos de las dos primeras. No es afirmación apocalíptica ni carece de argumentos que la develan con sus insospechados perfiles, marcando su magnitud fragmentaria bélica cuyo conjunto es la visibilización de la 3ª Guerra Mundial. En un estudio sobre guerras híbridas, Sarkis Tsaturyan, especialista ruso en técnicas no violentas de golpe de estado, afirma: “No existen autoridades ni principios. Solo el derecho del fuerte. Es una guerra que nadie ha anunciado a nadie” y puede ser auscultada, en sus variables económicas, políticas y culturales, por quienes escudriñen dicho tema. Sucede ahora mismo, fusionada con eventos propios de la civilización del espectáculo. Con industriosas y retorcidas maniobras de desinformación. Parte diaria de nuestra glacial rutina frente a millones de muertos cruzando bajo miradas impasibles, aunque se mutilen pueblos completos; se desgarren límites geográficos y se aniquilen etnias desplazando millares de personas. Esta manera de suceder la 3ª Guerra Mundial, no exteriorizada como tal por quienes se lucran con sus atomizados conflictos, se revela como hecatombe cuando alguien ensambla piezas sueltas del macabro puzle. Cuando el dólar cojea USA amputa los pies a todo el mundo. Hoy por hoy, no solo cojea sino que expira al filo de su inevitable colapso. La intención de sectores putrefactos financieros y económicos de USA y Europa, es iniciarla, empleando todos los medios a su alcance. Uno de ellos: el uso de la Tecnología del Caos Controlable. En épocas críticas, la salvación del dólar ha sido la guerra. Estados Unidos precisa guerras en múltiples frentes. Obsérvelas en este momento. Las encabeza, las respalda y avala. Si pueden incitar una guerra nuclear limitada, lo harán sin contemplación. Comenzaron con la primavera árabe. Y en este momento de su fase decisiva, cuando Putin, los BRICS, la enigmática y efectiva Sociedad del Dragón Blanco (SDB) tan citada por Benjamin Fulford y numerosas organizaciones evidentes o soterradas intentan refrenarla, toma fuerza a partir de Irak y Ucrania descuartizadas y Siria pronta a sucederle algo semejante. Involucrará más de cien millones de personas. Corruptos sectores norteamericanos y europeos de la economía y las finanzas, anhelan esta guerra. Insaciables vampiros monetarios que a la luz del día, superando todos los horrores conocidos, beberán arrolladores toda la sangre posible de la humanidad en un eugenésico festín sin precedentes. Siete focos de tensión especifican sociólogos, politólogos, militares y economistas: Guerra contra Irán, guerra en Medio Oriente, China disponiéndose para atacar, pugna entre ambas Coreas, conflictos entre viejos estados de la Unión Soviética, batallas de los Tuaregs y la incontrolable crisis financiera mundial.





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TERESA MENOS TERESA


Quien merodea beatífica por estas líneas, no es aquella Teresa del soneto de Carranza “en cuya frente el cielo empieza”. Es la misionera de Calcuta. Los beatos usufructúan el paraíso gracias al papa, certificador de sus virtudes. Juan Pablo II, quien concertaba su calendario político con la CIA, beatificó a Teresa. Pontífice encubridor de pederastas y legitimador de dictaduras. Junto con Teresa, justifican ideológicamente cada uno las posturas retardatarias del otro, interpretando a su manera las prescripciones cristianas. Ese Juan, hostigó significativas corrientes católicas progresistas latinoamericanas, aislando sacerdotes representantes del pensamiento político y socioeconómico en pro de los desheredados; esa Teresa, peor fundamentalista que aquel, siguió vías afines con su equívoca exégesis de las enseñanzas cristianas sobre pobreza y dolor. Ella declaraba: “Hay algo muy bello en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la pasión de Cristo”. Esta anécdota la identifica: Las cámaras enfocan a Teresa y a uno de sus enfermos terminales de cáncer, transido de dolor sobre su cama. “Sufres como Cristo en la cruz. Jesús debe estar besándote”, solidaria y clemente le reconforta ella. El desesperado paciente le responde: “Por favor, dígale que pare de besarme”. El arzobispo brasileño Hélder Cámara, habría manifestado: “Cuando alimenté a los pobres me llamaron santo; pero cuando pregunté por qué hay gente pobre, me llamaron comunista”. Por esto y más, Sanal Edamaruku, quien también revela el falaz talante de Teresa, señaló: “Madre Teresa no servía a los pobres de Calcuta, sino a los ricos en Occidente. Los ayudaba a limpiar su mala conciencia recibiendo de ellos millones de dólares”. Apoyó el flanco despiadado y regresivo del catolicismo. Desde su perorata de sermoneadora primitiva, estuvo siempre contra el aborto, la inseminación artificial, los anticonceptivos y el divorcio. Este ícono mediático-religioso de mansedumbre ante la pobreza, propagado por Malcom Muggeridge con su película Something Beatiful for God, es gravemente impugnado por investigadores como Mary Loudon, quien desautoriza los métodos de Teresa; el doctor Robin Fox, desaprobando los anómalos cuidados de los pacientes y, más adelante, por cargos que especifican el médico Aroup Chatterjee y denuncian los periodistas Tariq Ali y Christopher Hitchens, develadores en el documental Ángel del infierno: Madre Teresa de Calcuta. La mayor parte de información desmitificadora consta en el libro de Aroup, exponiendo el duplo discurso de Teresa quien “no fue amiga de los pobres sino promotora de la pobreza”. Nunca vio con afecto a sacerdotes comprometidos con políticas sociales reivindicadoras de los desamparados. Serge Larivée, G. Chenard de la Universidad de Montreal y Carole Sénéchal, de la Universidad de Ottawa, publicaron el ostensible documento El lado oscuro de madre Teresa, que con el de Hitchens, Madre Teresa en la teoría y la práctica, expone otra cara no tan misericordiosa del personaje.

sábado, 9 de abril de 2016

Textos publicados en el diario la Crónica del Quindío


EL TERRORISMO NUESTRO DE CADA DÍA…


"¿Se dan cuenta de lo que han hecho?", preguntó acongojado Vladímir Putin, durante su discurso ante la ONU, como invocando el pensamiento nietzscheano de que los mejores ya no son capaces de involucrarse plenamente, mientras los peores se entregan al brutal fanatismo racista, sexista y religioso. El fracasado modelo militar de Washington, con su alianza de 59 países luchando infructuosos contra el grupo terrorista que parece tenerlos en jaque a todos, menos a Rusia, es prueba de ello. El papa Francisco asegura que estos ataques terroristas son parte de la tercera guerra mundial, fraccionada en disyuntivas, masacres y destrucciones por el planeta. Culpable directo, USA, “involucrada en más áreas del mundo, en más asuntos y con más socios que en cualquier otro momento de su historia”, según John Kerry, secretario de Estado de Norteamérica. Este suceso sádico fue preanunciado. Jonathan-Simon Sellem, especificó: “El viernes por la mañana, funcionarios de seguridad de la comunidad judía francesa, fueron informados de la posibilidad muy real de un gran ataque terrorista en el país”. “Cuanto sucede hoy en Francia, ha ocurrido en Israel durante los últimos 20 años”, aseveró Sellem mientras Bashar al Assad, presidente sirio, observó a su vez: “Francia conoció ayer cuanto vivimos en Siria desde hace cinco años”. Bataclan es propiedad de un judío, patrocinador financiero de las fuerzas de defensa del régimen israelí en territorios ocupados. El ministro de Relaciones Exteriores iraquí, explicó que su país recibió información de que Francia, Estados Unidos e Irán, serían próximos objetivos del terrorismo. La analista económica Liliya Khusainova, refiriéndose a USA, escribió: “Su compromiso de erradicar el mal se transforma irónicamente en la consolidación del Estado Islámico: captura de nuevos territorios ricos en reservas, en la creación de su propio sistema financiero, en la introducción de su propia moneda hasta la instauración de su Banco Central, recursos necesarios para realizar ataques atroces”. En Twitter, Estado Islámico especificó las capitales mundiales donde desencadenarán ataques semejantes o peores: Londres, Washington y Roma. "La coalición política internacional que está combatiendo hoy en día contra el Estado Islámico, no ha sido efectiva por producto también de las propias inconsecuencias que ha habido en la estrategia geopolítica y en buscar más enemigos en otros lados", afirma Khusainova. Es el mundo invivible del cual habla el nonagenario filósofo Alain Touraine, experto en sociología del trabajo, conocido por libros como Crítica de la modernidad y ¿Qué es la democracia?: “Estamos en un mundo en el cual la única relación que existe es amigo (gente como yo)-enemigo (el otro). Es un mundo de enemigos y al enemigo lo mato. Es decir, un mundo invivible. El mundo de la guerra pura, lo social reducido a la guerra entre sociedades y culturas”… USA, dádnoslo hoy.

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TRUENO ROBADO. HAIKUS



“La brevedad del haiku no es formal; el haiku no es un pensamiento rico reducido a una forma breve sino a un acontecimiento breve que encuentra de golpe su forma justa”, enuncia Roland Barthes en un ensayo substancial sobre la exención del sentido del haiku que, desde su privativo tratamiento del género, el poeta dominicano Alexis Gómez Rosa, introductor del haiku en República Dominicana, refrenda mediante 84 modernos haikus de su libro Trueno robado (2013). Gómez, entre estrofas y temas modernos cercanos al senryû y al zappai, perpetúa en la atávica forma de 5-7-5 sílabas, la poética, sencilla presencia de eventos urbanos o rurales donde personas, objetos, flora y animales (cocuyo, hormiga, ardilla, rata o pez) son materia literaria, filosófica y estética del poema. “Por la ribera/perdido: el caracol/hace camino”. Desde su escrutadora mirada y con cada una de sus breves fascinaciones, ¿cómo establecer el contraste literario entre levedad-del-trueno y relampaguear-del-poema, intercambiando ambos sus características y adquiriendo cada cual las cadencias metafóricas o reales del otro? En estos haikus de Alexis Gómez, mediante su forma de percibir, escribir y exteriorizar tal poesía. Más a fondo: vislumbrando con su mirada de poeta polifacético el mundo cotidiano, sin actitudes de interpretación prepotente, ni elucidaciones intelectuales, mucho menos con reformulaciones metafóricas. Su libro, tres percepciones del mundo vertidas en una obra de tamizada elegancia gracias a las pinturas Sumi-e de Sarah Patricia Castillo, profesora de hatha yoga; y a las fotografías en color y en blanco y negro de Augusto Valdivia, Milton González y Alexis Gómez complementando los haikus, bien puede aprehender parajes del Caribe, comarcas de las Antillas Mayores o contornos de cualquier otro territorio hispanoamericano sin que por esto pierdan sus características propias en torno a pormenores topográficos de República Dominicana. Su haiku, heterodoxo, se debe leer sin ceñirse a exigencias de la tradición nipona. ¿Aceptaría, Alexis, la recomendación del traductor y teórico Vicente Haya? “Si se quiere hacer florecer el haiku fuera de la cultura que le da origen, el modelo debe ser Buson, porque su obra carece de la menor pretensión”. Tiene haikus de logrado tono zen: “Noche arriba/el cocuyo, alumbra/su propia muerte”. El enfoque poético de Octavio Paz y su asimilación del haiku, se inserta en varios de sus poemas, relatándonos fragmentos de su vida. Gómez Rosa se reconoce heredero de las dos grandes corrientes poéticas dominicanas del siglo XX: Postumismo y Poesía sorprendida. No descarta estilos ni formas en el instante de enunciar al haiyin que lo habita. Y este poeta, sin lugar a dudas, reconoce la magnitud religiosa, estética y filosófica del haiku, renunciando al discurso extenso, a las palabras pomposas y la versificación compleja como instrumento de apropiación del mundo. ¿Alguna intención literaria al repetir, invertido, el haiku 56?

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USTEDES SATURAN, USTEDES FASTIDIAN


Y además de esto, se equivocan si creen ampliar la recepción o implantar mensajes para ser elegidos en el momento de seleccionar una emisora. A largo término, avivan el rechazo a sintonizarlos. Ustedes, y sus desenfocadas conjeturas de que con las atronadoras repeticiones de sus receptores radiales al aire, incrementarán la audiencia. O prevalecerán sobre sus competidores. No consiguen sus fines sicológicos por desaprovechar la sutileza subliminal. Mortifican el oído. Eclipsan el cerebro al desbordar la capacidad de atención, arrojándonos en lo opuesto: rechazo a la vociferante emisora que propicia la contaminación auditiva. Dijo Bill Bernbach: “La comunicación es un arte sutil que florece con la frescura y se marchita con la monotonía”. No sermoneo a locutores cumpliendo sus funciones laborales. Esas martirizadoras multiplicaciones de su nombre, provocan el cambio de emisora por otra menos estrafalaria, aunque todas se remedan con igual berrinche. Mucha gente varía de frecuencia, mientras se le agota el aire al invitado, pregonando el machacón nombre de la emisora. ¿Quién les asegura efectividad para aumentar la audiencia empleando este método? Como producto de tan cargantes repeticiones, ¿cuáles estudios de mercadeo garantizan acrecentamiento de la audiencia? Por escuchar esas ristras, ¿esta quedará cautiva? No hablo por nadie y solo manifiesto mi náusea: desde cuando ustedes iniciaron tan ordinaria campaña publicitaria, los esquivo. No los sintonizo como reembolso de los funestos ratos que me hacen pasar cuando de manera indirecta los escucho. Dichas repeticiones tendrían algún efecto si no rebosaran la pasividad de la gente. Es contraria la consecuencia: inconsciente o conscientemente, la percepción anula esa cantidad de repeticiones disonantes. Hagan pruebas cuantitativas entre la multitud. Observen los rostros del rebaño desconcertado y descubrirán, sin embargo, rechazo. Dijo alguien, quien por fortuna lo expresó una sola vez: “La repetición excesiva del mejor anuncio, lo convierte en inútil petardo”. No lo duden. Durante los años 60, varios publicistas conceptuaron que la repetición era efectiva ciento por ciento. Aún lo sostiene el retardatario Philip Kotler. “Exageración de sonidos”, se llama la técnica de cambiar tonos de voz, como sucede con las repeticiones hechas por diferentes individuos. Voces heterogéneas y dispares. En Mein Kampf, Hitler expresó: “Toda propaganda debe establecer su nivel intelectual según la capacidad de comprensión del más limitado de aquellos a quienes se dirige. Su nivel intelectual deberá ser, entonces, tanto más bajo cuanto más grande sea la masa de hombres que deba convencer”. Es la semblanza de audiencias apetecidas. Ustedes no han leído Mi lucha. Ni van a estudiarla, claro está. No tengo el mínimo interés en alentarlos a leer libros que leo. Pero alguien parece haberlo hecho por ustedes. En algún lugar, muchos ambicionan abusar de ustedes. En otro, muchos ruegan para que abusen de ellos.

TEXTOS DE UMBERTO SENEGAL, PUBLICADOS EN LA CRÓNICA DEL QUINDÍO


CUENTO CONTIGO/VILLEGAS




Otra moderna y apreciable obra de un narrador quindiano/Cuentos extensos, breves y microrrelatos donde personajes y narrador prolongan la tradición o la transgreden cuando es preciso/Su estilo decantado es su lenguaje literario/Los enunciados de Carlos Alberto Villegas Uribe reconocen sus territorios geográficos, humanos y estéticos y van más allá de los estructurales/Forjó el Mibonachi/En este libro hay nueve y la primera novela Mibonachi del mundo/Queneau, Calvino, Le Lionnais, Perec, lo afiliarían a Oulipo, encandilados con sus matemáticas incursiones por la construcción del texto con elementos dramáticos, líricos y argumentativos junto a los específicos de la narración/Manierismos formales, expondría mi filólogo favorito, Ernst Robert Curtius, de quien subrayo su libro Diario de lecturas/En cualquier rincón de la palabra, la frase, el párrafo y el signo lingüístico, remueve otros significados del texto/Ponderado en sus pormenores históricos, literarios o lingüísticos, sus cuentos exigen un lector implícito o narratorio/Su arte de la ironía es travieso, permisivo/Debe apropiársele en serio cuando caricaturiza, oulipa o mibonachea/Narrador liberado de estructuras que reduzcan la exploración del hombre, del ser social/Primer libro donde el calarqueño expone la teoría y práctica del Mibonachi, andamiaje de sus ideas sobre el proceso de narrar y construir textos/Aunque de cómoda lectura, Cuento contigo (2014) es obra llena de codificaciones para tomarlas o dejarlas, de acuerdo con la formación del lector/¿Teoría literaria?/ Léalo así/¿Quiebra de modelos?/Examínelo así/¿Uno de los más significativos narradores quindianos, delimitador del hombre superfluo?/Léalo y confírmelo/¿Escritor cosmopolita aportándole herramientas técnicas, palabras, discursividad a la narrativa colombiana?/Cuando lee y hace leer, Villegas reconoce la felicidad experimentada en talleres de escritura creativa donde participó/Libro de cuentos más generoso de la literatura quindiana por la cuota de autores regionales convocados en sus páginas/¿Visibilización del oficio literario de sus amigos?/Dice Villegas: “La literatura es prestidigitación”/Le creo/Junto con Akiito Meisuki, su heterónimo, declara: “Un juego ontológico quizás, pero juego al fin y al cabo”/Perec y yo le entendemos, mientras Cortázar, Carroll y Roussel, afianzan desde el Nirvana estas instrucciones de uso des-subjetivizando al escritor para darle importancia al lector/A su Nina Frontino, cursé invitación para refundirla en mi harem bibliográfico de narrativa quindiana junto a la lúbrica Marucha, de Arias Suárez; Suazagascachía, de Susana Henao; Salomé, de Omar García; Lucía, de Nodier Solórzano; Matilde Díaz, de Carolina López y Lucía Bretón, de Alberto Medina/ Vuelve y dice Villegas: “La maestría del escritor, era cuestión de tiempo, de artificio, arte y oficio”/No lo dudo/Es fácil sintonizarse y entusiasmarse con las paradojas del otro, con las piruetas literarias que hacen del lector el eco del escritor/Y viceversa/ En cada cuento, desde Noticias de Grecia, (el más extenso: 16 páginas), hasta Inmemorial, (el más breve: diez palabras), es notoria su tendencia a lo dinámico y lúdico en un microcosmos señalado y señalador sin claroscuros literarios.










Textos publicados en la Crónica del Quindío



BEBAMOS CAFÉ, CON DARWISH
Umberto Senegal

¿Café árabe? Calienta el agua. Baja el fuego. Añade el café y deja a fuego lento. Cuando comience a hervir espera varios minutos y, después, retira del fuego. Deja asentar el café unos minutos. Luego añade las especias. Vuelve a poner al fuego y deja que hierva unos minutos más. Si dispones de una Dallah, vierte el café en ella para servir. Sirve poco, menos de la mitad de la taza. El poeta palestino Mahmud Darwish, en su libro autobiográfico Memoria para el olvido (1982), presenta conmovedoras páginas: por lo poéticas: por lo heridas: por lo desamparadas, sobre su cotidiano rito de beber café, interrumpido por los bombardeos descuartizando a Beirut en aquel momento. Agrégale cardamomo, jengibre, clavo o azafrán. Diferente al nuestro en su olor, fragancia y color. Mahmud se impacienta por prepararse un café antes de morir bajo la ofensiva de los Kfir israelíes. “Quiero una tregua de cinco minutos para el café”. Sus reflexiones existenciales sobre este, abarcan varias páginas del sombrío testimonio describiendo el ataque israelí a Beirut durante la Operación Sheleg, cuyo objetivo era demoler la infraestructura y bases de la OLP en el sur del Líbano. Es la más ecuménica elegía al café, en prosa poética, que escritor alguno haya publicado sobre tal bebida: anhelo de preparar y beberse un café mientras la muerte asedia. “Voy a impregnarme de su olor ahora, al menos para no sentirme como un borrego, para vivir un día más o morir de una vez, pero envuelto en el aroma del café”. Una década atrás, incluyó en su libro Amarte o no amarte, el majestuoso poema Sirhán toma café en una cafetería, exteriorizando su ostensible pasión por tal bebida. Mahmud lo recitaba de memoria. Quien lea el citado libro, no tomará café como lo hacía antes: algo le hará crujir su corazón. “Quiero sentir el aroma del café. Solo eso. Solo quiero el aroma del café. El aroma del café para controlarme, para erguirme, para dejar de arrastrarme y ser”. Entre misil y misil, Darwish abre una tregua de vida en el café “porque el café, la primera taza de café, es espejo de la mano. Y la mano que lo prepara revela el carácter del alma que le infunde el movimiento”. Monólogo con el pavor. Cuadros de guerra. Miradas desgarradoras para recordarle al mundo qué perpetraron, esos días, unos hombres contra Beirut. Contra los refugiados palestinos. “El café es geografía”, atestigua el poeta. Esta memoria para olvidos no permitidos, induce a encontrarnos con una de las mayores voces poéticas del siglo XX: Mahmud Darwish, el lenguaje más vivo, trascendente y humano de la poética árabe actual. “La poesía debería ser un himno a la gloria de la vida”, sostuvo siempre Mahmud.