domingo, 22 de octubre de 2017

Lejos de Roma por Umberto Senegal

Lejos de Roma

 "De muchas maneras, todos estamos distantes de la Roma metafórica, exiliados en esta vida y este mundo".

Título de uno de los más seductores libros del narrador colombiano Pablo Montoya, donde compartimos el exilio al cual fue sometido el poeta Ovidio, desterrado de Roma por orden del emperador Augusto. “Llegar a Tomos es como llegar a la morada de la muerte”. “He llegado a Tomos, puerto del espanto”. Tristes, tituló sus desconsolados cinco libros de elegías, caminando desengañado de su sociedad, de la vida y la poesía. En la tribulación del exilio, abrupto sendero hacia el olvido, sin eludir el pesimismo que se le convierte en continuas alucinaciones, Publio escribe sus poemas en la playa. Sobre la arena.
Sus lectores son los cangrejos que, una y otra vez, pasan en entrecruzadas direcciones sobre sus versos en latín. De las más consistentes y hermosas novelas breves publicadas en Colombia. Lenguaje, fondos, personajes y trama que refinan la actual atmósfera narrativa colombiana infectada de frivolidades y desproporciones, son los sentimientos de Pablo-Publio en equilibrada simbiosis de poesía y filosofía, buscando respuestas en aquella época remota, que sean legítimas para gente de la nuestra, desplazada de su tierra y víctima de atrabiliarias formas de poder. Varios personajes afloran con resumido vigor para afirmar el destino de Ovidio, lejos de Roma, imaginado por Montoya, quien se desplaza libre por su novela, sin eruditos soportes históricos. Esta obra no pretende, por fortuna, convertirse en arqueológico vestigio de museo ficcional. Presenta al poeta, Ovidio el hombre humillado quien por culpa de su obra y sus ideas, en contradicción con las del emperador, es expatriado.
A lo largo de la trama, la noveleta está impregnada por la desacralización de las nociones políticas, sociales y religiosas de patria, componente ideológico reiterado en toda la obra de Montoya. Su destilada prosa poética, radiante y cadenciosa, permite observar tonalidades formales de cuanto resalta: personas, objetos, ideas, datos precisos, la imaginación del autor desplazándose subjetivo por rincones reales o ficticios de Tomos, moviéndose por su superficie como fantasma pronto a esfumarse. Esteticismo poético y narrativo de rigurosa factura, porque Pablo no expresa solo lo bello sino también lo metafísico que surge de la confrontación con el aislamiento, el abandono, la melancolía por lo perdido y la carencia de interlocutores para compartir el sentimiento de lo poético.
De muchas maneras, todos estamos distantes de la Roma metafórica, exiliados en esta vida y este mundo. Auscultando afinaciones narrativas poco frecuentes entre los nuevos narradores colombianos, lenguaje e ideas de la novela se nivelan y articulan con precisión. Su melodioso uso del punto seguido, es primordial factor de estilo que alcanza magistrales niveles de expresión literaria. Novela atípica dentro de la actual narrativa colombiana, extenuada temáticamente por las burdas orientaciones proficientes de algunas editoriales, esta es otra forma de percibir la historia y relatarla.

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