Lejos de Roma
"De muchas maneras, todos estamos distantes de la Roma metafórica, exiliados en esta vida y este mundo".
Título de uno de los más seductores libros
del narrador colombiano Pablo Montoya, donde compartimos el exilio al
cual fue sometido el poeta Ovidio, desterrado de Roma por orden del
emperador Augusto. “Llegar a Tomos es como llegar a la morada de la
muerte”. “He llegado a Tomos, puerto del espanto”. Tristes, tituló sus
desconsolados cinco libros de elegías, caminando desengañado de su
sociedad, de la vida y la poesía. En la tribulación del exilio, abrupto
sendero hacia el olvido, sin eludir el pesimismo que se le convierte en
continuas alucinaciones, Publio escribe sus poemas en la playa. Sobre la
arena.
Sus lectores son los cangrejos que, una
y otra vez, pasan en entrecruzadas direcciones sobre sus versos en
latín. De las más consistentes y hermosas novelas breves publicadas en
Colombia. Lenguaje, fondos, personajes y trama que refinan la actual
atmósfera narrativa colombiana infectada de frivolidades y
desproporciones, son los sentimientos de Pablo-Publio en equilibrada
simbiosis de poesía y filosofía, buscando respuestas en aquella época
remota, que sean legítimas para gente de la nuestra, desplazada de su
tierra y víctima de atrabiliarias formas de poder. Varios personajes
afloran con resumido vigor para afirmar el destino de Ovidio, lejos de
Roma, imaginado por Montoya, quien se desplaza libre por su novela, sin
eruditos soportes históricos. Esta obra no pretende, por fortuna,
convertirse en arqueológico vestigio de museo ficcional. Presenta al
poeta, Ovidio el hombre humillado quien por culpa de su obra y sus
ideas, en contradicción con las del emperador, es expatriado.
A lo largo de la trama, la noveleta
está impregnada por la desacralización de las nociones políticas,
sociales y religiosas de patria, componente ideológico reiterado en toda
la obra de Montoya. Su destilada prosa poética, radiante y cadenciosa,
permite observar tonalidades formales de cuanto resalta: personas,
objetos, ideas, datos precisos, la imaginación del autor desplazándose
subjetivo por rincones reales o ficticios de Tomos, moviéndose por su
superficie como fantasma pronto a esfumarse. Esteticismo poético y
narrativo de rigurosa factura, porque Pablo no expresa solo lo bello
sino también lo metafísico que surge de la confrontación con el
aislamiento, el abandono, la melancolía por lo perdido y la carencia de
interlocutores para compartir el sentimiento de lo poético.
De muchas maneras, todos estamos
distantes de la Roma metafórica, exiliados en esta vida y este mundo.
Auscultando afinaciones narrativas poco frecuentes entre los nuevos
narradores colombianos, lenguaje e ideas de la novela se nivelan y
articulan con precisión. Su melodioso uso del punto seguido, es
primordial factor de estilo que alcanza magistrales niveles de expresión
literaria. Novela atípica dentro de la actual narrativa colombiana,
extenuada temáticamente por las burdas orientaciones proficientes de
algunas editoriales, esta es otra forma de percibir la historia y
relatarla.
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